viernes, 20 de noviembre de 2009

Cracovia, Polonia


Está catalogada como la ciudad europea más conservada a pesar del paso del tiempo.

Situada en la rivera del río Vitsula, en una de las regiones más hermosas de Polonia, se encuentra Cracovia. Está ciudad es una de las más importantes de toda Polonia y sin duda alguna de la propia Europa, ya que a pesar del paso del tiempo mantiene su hermosa arquitectura y tradiciones comulgando con nuevos centros de actividad nocturna muy de moda últimamente. Como parte de su historia la han relacionado siempre con eventos culturales por lo tanto Cracovia sigue viviendo activamente el arte a través de diferentes eventos artísticos como la ópera, conciertos y numerosas exposiciones. Entre sus calles empedradas y los diferentes paisajes que rodean la ciudad, Cracovia es un centro de mucha actividad turística para lo cuál se ha preparado activamente.

Corcega, Francia

De playas azules como sólo se ven en el mediterráneo, pero con la tranquilidad de un paraíso en la tierra.

Esta isla francesa ubicada en la parte sur de la Costa Azul es reconocida mundialmente como destino de verano por sus impresionantes playas, sitios históricos y fascinantes visitas que puedes realizar a sus pequeños pueblos y ciudades, entre ellos: Bastia, I´lle Rousse, Porto Vecchio y Cargese, sólo por mencionar algunos.

Córcega parece casi un planeta a parte. Algunas veces ha sido descrita como pura naturaleza. Rodeada de costas de belleza descrestante y llena de naturaleza agreste posee una reserva de parque natural de que ocupa dos tercios de su extension total. Es la isla más irrgada de todo el mediterráneo y sobresale por su turismo tranquilo y arraigadas políticas de conservación del medio ambiente, así como práticas de deportes extremos y de aventura.

domingo, 1 de noviembre de 2009

Islas Fiji (Polinesia Francesa)

Las Islas Fiji, donde no hace ni frío ni calor, la arena coralina se desliza por los dedos como algodón, y los mil y un matices turquesas de sus aguas se integran de manera mágica con los litorales, lo mismo que los atardeceres, que ofrecen una sinfonía dentro de la paleta de los rosas, morados y lilas, algo que solo se produce en los mares del sur. Por eso se necesitan pocas palabras, mejor dicho sobran, para expresar lo que uno siente al viajar a Fiji. Con observar, sentir y dejarse mecer suavemente por todo lo que te envuelve, uno no necesita más que dejar pasar el tiempo sintiéndose vivo, muy vivo. Realmente ese día, al diseñar las inconfundibles islas Fiji, el Creador se debió sentir especialmente generoso. Si algo destaca de estas islas, son sus gentes, sencillamente encantadoras, con una sonrisa y un saber hacer muy especial. Un paisaje humano que durante varias generaciones ha crecido con sabor a colonia británica, sin perder por ello toda la magia que emana de una atrayente mezcla de razas. Y nada de ello hace intuir que en su día, tal y como lo prevenía el intrépido James Cook, fue una tierra de feroces caníbales. Al menos cuando uno tiene la oportunidad de recibir los masajes. Realmente únicos.